Sobrepeso y obesidad en niños de 2 a 5 años detectó el IPS

El Instituto de Bienestar Social realizó evaluación a 407 niños y niñas de los Centros de Bienestar de la Infancia (Cebinfa), entre febrero y abril de este año, a fin de contar con un diagnóstico de la situación nutricional de los pequeños.

Según el resultado de estos trabajos, el 100% de los menores de 2 años tiene una alimentación adecuada. El 66,6% de ellos, con talla adecuada. En tanto que, el 19% de los niños entre 2 y 5 años se encuentra con sobrepeso en relación a la talla, el 15% con obesidad, el 6% con talla baja, 15% con riesgo a talla baja y el 79% con talla adecuada para la edad.

Noelia Cardozo, directora del Instituto de la Infancia y Familia, señaló que con estos resultados, se apunta a realizar acciones orientadas a contribuir en el mejoramiento de las situaciones de riesgo nutricional del grupo evaluado.

“Se realizaron las evaluaciones sabiendo que el mayor problema nutricional en los niños y niñas comenzaría directamente proporcional a la situación nutricional de la madre y en los primeros 2 a 5 años de vida; la deficiencia que puede tener el niño y la niña en ese periodo puede llegar a afectarle de por vida dando como resultado deficiencia en su capacidad intelectual y productiva, por lo tanto una detección temprana y oportuna podría prevenir esta situación”, refiere el reporte de la Unidad de Comunicación de IPS, enfatizando en que esta misma actividad se pretende realizar también en los comedores de infancia.

La directora indicó que cuentan con 31 centros de atención a la primera infancia, con una población de 2.500 niños y niñas, donde las madres son trabajadoras y algunas de ellas la dejan mediodía y otras hasta la noche.

Los centros cuentan con un equipo de nutricionistas, pediatras, odontología, maestras parvularias, cocineras y maestras en actividad, todos en dos turnos, entre las 6:00 y las 18:00.

Por otra parte, la directora mencionó que fueron desparasitados unos 676 pequeños de los centros de Santo Domingo Savio, Puerto Botánico, San Gerardo, Mamá Margarita, Yukyty, Nuestra Señora del Asunción, San Carlos, Julia Macchi, Luis Talavera, Oñondivepa, Obdulia Rivas de Zazzi, Ko'eju Paraguarí, Villeta e Itá.

El trasplante


La cirugía que se realiza para reemplazar un hígado enfermo por uno sano permite a los pacientes con enfermedad hepática terminal un futuro acompañado de una excelente calidad de vida.

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El Dr. Gustavo Melgarejo, jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital Central del Instituto de Previsión Social, indicó que un hígado sano se obtiene de un donante que haya muerto recientemente, pero que no haya sufrido lesión hepática. El órgano sano se transporta en una solución salina refrigerada, que lo conserva hasta por 6 horas, permitiendo de este modo realizar las pruebas necesarias para determinar la compatibilidad entre el donante y el receptor.
Señaló que el hígado enfermo se extirpa a través de una incisión hecha en la parte superior del abdomen. El nuevo hígado se coloca en su lugar y se conecta a los vasos sanguíneos y los conductos biliares del paciente. Esta operación puede durar hasta 12 horas y requiere grandes volúmenes de transfusiones de sangre.
Donantes vivos
“En algunos casos, los donantes vivos dan una parte de su hígado para un trasplante a otra persona, a menudo un miembro de la familia o un amigo. Esto ofrece algo de riesgo al donante debido a la naturaleza de la operación, pero dado que el hígado se puede regenerar por sí mismo hasta cierto punto, ambas partes terminarán con sus hígados funcionando bien después de un trasplante exitoso”.
Resaltó el profesional que el resultado positivo en la obtención del órgano depende de una concienciación adecuada de la sociedad sobre la donación . “Existen dos entidades con capacidad de realizar esta compleja actividad, como el hospital central del IPS y el Hospital Nacional de Itauguá. La idea es capacitar e integrar un solo equipo de profesionales de manera a tener una experiencia y curva de aprendizaje mayor, al ser el único estamento habilitado para este fin. Hoy Paraguay ha adquirido grandes progresos en cuanto a tecnología, y tenemos el talento humano necesario para este fin”.

Hígado graso


La acumulación anormal de grasa en el hígado puede generar alarma en el paciente que por lo general es obeso.

/ ABC Color
El Dr. Enrique Basili, especialista en hepatología y gastroenterología (*), indicó que el examen más simple para diagnosticar si el hígado posee acumulación anormal de grasa es a través de la ecografía abdominal, en la que el hígado se ve más blanco o más brillante. Sin embargo, una acumulación muy leve no es detectable por ecografía, y es importante destacar que es un estudio operadordependiente, es decir, que depende del “ojo” y la experiencia del ecografista.
Resalta el profesional que la esteatosis –como también se lo conoce– puede ser detectada con otros estudios de imágenes y se confirma con la biopsia hepática, que es la toma con una aguja de un fragmento del hígado a fin de ser examinado con microscopio. “La biopsia en general no se realiza salvo cuando sospechamos otro diagnóstico asociado, una complicación o forma evolutiva de la esteatosis que es la esteatohepatitis”.
Afirma el doctor que los obesos pueden padecer este problema y por este motivo se observa con más frecuencia, debido al incremento mundial de la prevalencia de la obesidad. “Otras situaciones favorecen la aparición de grasa en el hígado, como: aumento de colesterol y triglicéridos, consumo excesivo de alcohol, medicamentos, por ejemplo, los corticoides, varias otras enfermedades principalmente la diabetes o la resistencia a la insulina, hepatitis C.
Cómo se trata
“Primero se trata la causa. Si el paciente es obeso (causa más frecuente) debe imperativamente bajar de peso. Existen medicamentos que se recetan dependiendo de cada paciente”.
Señala Basili que “en una gran mayoría de los casos la grasa en el hígado o esteatosis no conlleva riesgos, pero en algunas personas puede ocurrir que la grasa se inflame, lo que se llama esteato hepatitis la cual puede evolucionar hasta la cirrosis y la muerte. Pero un tratamiento a tiempo impide y frena esta evolución”.
Recuerde que ante el hallazgo de un hígado graso o alteraciones de los análisis del hígado llamado hepatograma, se debe consultar si es posible con un hepatólogo para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad.
(*) Especializado en Marsella y París.